La manera ecológica de reciclarlo es filtrar la solución después de morder el metal, con un filtro de papel que se usa para hacer café. Las finas partículas de cobre quedarán contenidas en el filtro y el líquido que pasa no contiene más cobre sólido, solamente contiene cobre en la solución. El líquido que queda puede ser guardado para ser activado con más sulfato de cobre y sal en futuros trabajos. (Para eliminar este resto de solución, leer detenidamente la química del artículo de Nik Semenoff.)
El residuo de cobre en el filtro de papel lo dejamos secar y una alternativa de reciclado es guardarlo en frasco para ser molido y usado como un pigmento de origen mineral. Da un luminoso tono de verde esmeralda al ser mezclado con alcohol, goma arábiga y agua para colorear a mano nuestras estampas.
También puede ser usado como pigmento mineral en cerámica.
La específica información de la química de estos materiales y mayor data sobre la eliminación del residuo nos la da Nik Semenoff en su website:http://www.ndiprintmaking.ca/?p=80
(en inglés)
Contando mi experiencia, se puede también guardar el residuo junto al mordiente recién usado y se depositará en la base del bidón o botella, observando como el mordiente vuelve a verse color verdoso. Cuando hayamos usado varias veces el mordiente, que ya está débil podemos hacer el filtrado del total de los residuos.