Es necesario aclarar por muchos comentarios al respecto, que el SULFATO DE COBRE es un producto químico y por lo tanto debe ser manipulado con los recaudos que indique su hoja de seguridad, como cualquier producto químico.
El grado de toxicidad por CONTACTO se controla manipulándolo con guantes protectores, ya que puede irritar la piel.
El grado de toxicidad por ASPIRACIÓN se controla con barbijo o tratando de no manipularlo cerca de un ventilador u otra fuente de viento.
El grado de toxicidad por INGESTIÓN se controla tratando de no ingerirlo ni en estado sólido ni líquido.
La buena diferencia con los Ácidos que habitualmente se usan para morder metales, como el nítrico o el clorhídrico, es que NO EMANA GASES TÓXICOS (diferencia fundamental para su control en bandejas durante las mordidas)
Y el residuo que deja la acción del sulfato de cobre al morder el metal (óxido de cobre, polvo color borravino) yo lo reciclo dejándolo secar al sol, transformándose en unas piedras color verde plateado que lo muelo y uso como pigmento de color. (como cualquier pigmento, se debe evitar la aspiración del polvo)
El mordiente que pierde fuerza, al perder color, en vez de tirarlo se lo puede reactivar incorporándole más solución proporcional de sulfato de cobre y sal de mesa.
La mejor manera de nombrar este mordiente creo que es Mordiente menos tóxico en vez de la ya establecida de Mordiente No Tóxico. Igualmente prefiero también denominarlo Mordiente Salino.
No cambio el nombre de esta entrada del Blog, porque el link se rompería y no accedería tanta gente interesada que la ha compartido en otras redes.
Pablo Delfini, julio de 2014
(Actualización de agosto 2016: la regeneración del residuo del Mordiente Salino es una realidad y una opción absolutamente recomendable. Leer más en la entrada del Blog correspondiente:
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Protegiendo el aluminio desengrasado con una capa de mezcla de Barnices acrílicos |
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Las planchas de aluminio barnizadas secándose al sol |
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Claudia García dibujando la plancha |